Pero los primeros días pueden ser caóticos: hay cansancio, emociones mezcladas y miedo de que el bebé no coopere o se estrese durante su sesión de recién nacido. Y claro, nadie quiere ponerlo en riesgo o incomodarlo.

Por eso diseño cada sesión de recién nacido con respeto absoluto al ritmo del bebé y mucho cariño hacia ustedes papás. Trabajo en un ambiente cálido, higiénico y tranquilo, donde todo está pensado para su seguridad y bienestar. Cada pose, textura y sonido busca mantenerlo relajado, como si aún estuviera en el vientre.

Antes de la sesión definimos el estilo y los colores que más los representan. El día de la sesión, ustedes solo deben traer lo esencial y dejar que todo fluya. Este momento también es para ustedes: mientras el bebé está en mis manos la mayor parte del tiempo, pueden relajarse, observar y disfrutar de verlo posar con ternura. Solo en los momentos de alimentación o sueño necesitaré el calor de mamá o papá.

Agenden su sesión dentro de los primeros 15 días después del nacimiento y reserven su fecha con anticipación. Yo me encargo del resto, para que ustedes solo disfruten de mirar a su bebé siendo él mismo.

Cada foto que obtendrán será un recuerdo auténtico, un retrato de su amor y de los primeros días de vida que pasan más rápido de lo que imaginamos.

Porque esos primeros días no se repiten. No se trata de una sesión más, sino de conservar el inicio de una historia que apenas comienza.