Cualquier persona, puede echar a perder sus aptitudes si no posee alguna habilidad relacionada con el pensamiento, pues la vida moderna, exige una actitud constructiva:
Decidir, elegir, tomar iniciativas y ser creativo.
Lo que el autor quiere aclarar en este libro, es que hay muchas personas extremadamente inteligentes que al final quedan atrapadas en la trama de su propio talento, convirtiéndose así en pensadores deficientes.
De este modo, si aceptas la idea básica de que el pensamiento es en el fondo una habilidad más que puedes enseñar a tus hijos, entonces quizá sean suficientes dos o tres consejos de los que se dan en este libro para que influyan profunda y beneficiosamente en toda su vida.