La virtud del egoísmo

Ayn Rand nos enseña el verdadero significado del Egoísmo, virtud entendida como la preocupación que tiene un individuo por satisfacer su interés personal, lo cual no es malo, como lo mayoría de los individuos de una sociedad piensa o sanciona, ya que buscar el interés personal, es buscar la felicidad en base a un esfuerzo y sacrificio propio, basado en la razón, trabajo, productividad y el respeto de los derechos de otros individuos. Es lograr esa felicidad que finalmente permite al individuo vivir de mejor manera, en este mundo donde es imprescindible el progreso continuo para alcanzar una vida digna y saludable.

Pero lamentablemente, la mayoría de las sociedades consideran al individuo egoísta, como un ser perverso que no le importa lo que le suceda a los demás, comparándolo inclusive con un delincuente que comete un asalto en busca de su interés personal. Frente a este significado o apreciación moral, la mayoría de los individuos de una sociedad, condena al Egoísmo en favor de la apreciación del Altruismo, entendido como aquella actitud que tiene un individuo de sacrificar su propios interés por el interés de otras personas, inclusive llegando a pensar que un Dictador es bueno a pesar que sea un corrupto o criminal con tal de beneficiar a la sociedad que gobierna.

Lo que no se tiene en cuenta, es que el Altruismo desvirtúa los valores morales de una sociedad, ya que crea en ella una percepción equivocada de las acciones del individuo, pensando que este debe sacrificar su felicidad o su vida por otros individuos, a pesar de que eso lo condene a una vida de infelicidad y frustración. Esta percepción genera en la sociedad un rechazo por el esfuerzo propio, esperando siempre la ayuda de alguien (como el paternalismo).